Un legado sostenible

Seleccionada en el Programa Soja Sostenible del Cerrado, Bio2Me transforma la herencia familiar en una iniciativa de bioactivos para la exportación

Cuando heredó la propiedad familiar, Claudio Fernandes no podía imaginar que las castañas que compraba cerca de la casa crecían en abundancia a kilómetros de distancia, en la propiedad que su padre mantenía desde hacía más de 40 años, en la provincia de Goiás. Fundador y CEO de Bio2Me, el ingeniero eléctrico intercambió una exitosa carrera en multinacionales del sector de tecnologías de la información por la creación de una startup dedicada al cultivo, acopio, mapeo y comercialización de activos ambientales. La propuesta de Bio2Me es generar valor e ingresos a través de ingredientes que sólo pueden cultivarse en areas conservadas, los llamados bioactivos, contribuyendo así a la preservación de la vegetación nativa en uno de los biomas más amenazados del país: el Cerrado brasileño.

La iniciativa nació de un deseo: crear condiciones financieras para mantener en pie la superficie de bosque nativo de la propiedad familiar que recibió como legado. Seleccionada en el 5º ciclo del Programa Soja Sostenible del Cerrado, resultado de una alianza entre AgTech Innovation y Land Innovation Fund, con el apoyo estratégico de Cargill, CPQD, Embrapa y Embrapii, la propuesta de Bio2Me es detectar el potencial de cada área de la propriedad y sugerir soluciones para la producción, manejo y comercialización de frutos y semillas nativas del Cerrado brasileño.

En Brasil, casi el 50% de las áreas de propiedades rurales inscritas en el Registro Ambiental Rural (CAR) están cubiertas por vegetación nativa, equivalente al 26,7% del territorio nacional, según datos de Embrapa. La propiedad rural de la familia de Claudio es una de las más de seis millones de propiedades rurales (datos CAR 2021) que enfrentan el reto de generar ingresos para mantener el bosque en pie y contribuir a la conservación del bioma, que registra una de las tasas más altas de deforestación reciente en el mundo.

“Mi padre conservó ese lugar durante muchos años, pensé que debía seguir conservándolo, pero necesitaba encontrar la manera de tener un retorno económico por medio de la preservación. Íbamos contra la corriente: la generación que llegó al centro-oeste en las décadas de 1970 y 1980 fue alentada a abrir tierras para la agricultura a gran escala. Queremos hacer lo contrario”, explica Claudio.

Claudio ha trabajado en el desarrollo de proyectos de startups y ahora aprovecha su experiencia en el ecosistema de innovación para idear soluciones que mejoren el trabajo en el campo. Mediante el uso de tecnologías como drones, inteligencia artificial e Internet de las cosas (IoT), Bio2Me puede identificar el potencial de cada área de la propiedad rural –ya sea para actividades productivas o de conservación–, además, puede identificar árboles disponibles, sembrar plántulas, gestionar activos, coordinar rutas de recolección de semillas y su almacenamiento, así como administrar la venta de productos en el mercado nacional e internacional.

El diseño de negocio de la startup surgió del análisis de las demandas y los cuellos de botella del mercado. Para Bio2Me, es necesario estructurar toda la cadena de valor de los bioactivos para atender pedidos a gran escala. Actualmente, la recolección de bioactivos la realizan principalmente pequeños productores y comunidades tradicionales, quienes no pueden garantizar la cantidad de frutos disponibles para su entrega en cantidades consistentes.

Falta inversión en tecnología, manejo de plántulas, capacitación técnica e incluso equipos de seguridad para que los profesionales operen en las propiedades. La solución, sostiene Bio2Me, es invertir en investigación y desarrollo tecnológico, formación de mano de obra y logística de forma integrada.

Roadmap:

Desde 2020, con el apoyo de Embrapa, la startup investiga y desarrolla una cadena de valor de activos nativos del Cerrado –barú, pequi, vainilla, copaíba, jatobá y fava d'anta– cultivados dentro del sistema cultivo-ganadería-bosque (ILPF). Con la entrada al PSSC, Bio2Me reforzará las inversiones en soluciones de innovación para manejar la cadena de principio a fin y expandir su negocio. Los planes de la startup también incluyen una serie de capacitaciones técnicas para que los recolectores puedan desempeñar su labor de manera más eficiente y segura.

La participación en el programa permitió a la startup conectarse con centros de investigación y productores rurales, quienes contribuyen directamente a la construcción de soluciones para el negocio. “La invitación a participar en el PSSC nos hizo entender que somos del agro. No trabajamos con ganado ni con soja, pero podemos ayudar y aprender de los puntos débiles de los productores. Esta escucha abierta es esencial para ampliar la visión de que un área preservada puede generar ingresos y a que tenga más sentido preservarla.”, explica.

Con el Programa Soja Sostenible del Cerrado, Bio2Me inició proyectos piloto en tres propiedades rurales ubicadas en áreas del Cerrado, todas parte de For Farmers, un proyecto que forma parte del PSSC, acercando el campo al ecosistema de innovación. La startup también se asoció con Embrapii para desarrollar una máquina para romper el barú automáticamente, en desarrollo en la unidad de investigación de la Universidad Federal de Paraíba.

“Con PSSC ofrecemos a los participantes el apoyo financiero, tecnológico y de conocimientos necesarios para crear soluciones innovadoras. para un desarrollo agrícola sostenible, libre de deforestación y conversión de vegetación nativa”, explica Ashley Valle, directora del Land Innovation Fund. “La participación de productores rurales a través de For Farmers, de investigadores a través de Fellowship Cerrado y nuestros socios estratégicos –Cargill, CPQD, Embrapa y Embrapii– integra todos los eslabones de la cadena de suministro agrícola, contribuyendo a generar un impacto positivo en el campo”, agrega.

Las unidades piloto del proyecto Bio2Me tienen diferentes perfiles y desafíos. La propiedad modelo de Embrapa, Fazenda Barbosa, en Maranhão, recolectará castañas para transformarlas en pulpa para complementar la alimentación animal. En Diamantina, Mato Grosso, la propiedad administrada por Ligia Pedrini recibirá capacitación a 20 empleados para julio de 2024 para plantar barú. Ubicada en Tocantins, la propiedad rural de Walter Van Halst ya realiza un manejo sostenible de bioactivos en áreas conservadas y utiliza el barú como fuente de ingresos complementarios para el manejo de la finca. Bio2Me ya ha entregado 1.000 plántulas para ampliar la plantación en la propiedad.

Bio2Me invierte en ampliar los inventarios de semillas y estructurar la capacidad logística. La startup alquiló un galpón para almacenar el producto en Vila Boa, Goiás, y ya está vendiendo los activos en el mercado de São Paulo. Pronto las semillas estarán disponibles en emporios de Río de Janeiro y Goiânia.

El enfoque de la startup, sin embargo, está dirigido hacia el mercado internacional. Bio2Me es socio de la Cámara de Comercio Árabe-Brasileña, un mercado que constituye uno de los mayores consumidores de nueces y maní en el mundo. Sin embargo, aún se necesitan inventarios para dar este salto comercial: "Nos llevará entre cinco y siete años construir inventarios significativos y poder abastecer el mercado internacional. Mientras tanto, seguimos adquiriendo productos de las comunidades locales y ofreciendo capacitación socioambiental para lograr el almacenamiento necesario", añade Claudio.

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