El Pago por la Calidad Ambiental de los alimentos como mecanismo de mercado alternativo a los créditos de carbono para hacer frente al cambio climático

Introducción:

Varios informes indican que actualmente estamos en una trayectoria que podría llevarnos al fracaso en cuanto a lograr la meta establecida por el Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Los científicos señalan que podríamos alcanzar esta temperatura media a principios de la década de 2030¹. Para cumplir con las metas acordadas, es vital aumentar significativamente nuestra ambición y acción climática. Esto puede lograrse fortaleciendo los mecanismos actuales e introduciendo nuevos mecanismos descentralizados y ágiles que puedan complementar los créditos de carbono y las metas establecidas en el Acuerdo de París.

En este contexto, discutiremos y analizaremos por qué el "Pago por la Calidad Ambiental de la Producción Agropecuaria" –un sistema que premia los impactos generados por la adopción de prácticas agrícolas sostenibles– puede convertirse rápidamente en un mecanismo de mercado alternativo prometedor y escalable para combatir el cambio climático.

El mecanismo de Pago por la Calidad Ambiental de los Alimentos:

El Pago por la Calidad Ambiental (PCA) se basa en la adopción de prácticas de agricultura regenerativa y Soluciones Basadas en la Naturaleza (Nature Based Solutions/NBS, en inglés) que han demostrado mejorar la calidad ambiental de una propiedad rural o cadena de suministro. Además, se ha comprobado que las prácticas agropecuarias regenerativas pueden contribuir a un aumento de la rentabilidad de algunos cultivos², ya que optimizan el uso de los recursos locales y reducen la dependencia de insumos externos, por medio de mejoras en la salud del suelo y del agroecosistema. El resultado son sistemas más resilientes, que ofrecen una mayor rentabilidad a largo plazo.

En este contexto, se evalúa la calidad ambiental de una propiedad rural comparando el estado actual de las características ambientales de esa propiedad (que aseguran la sostenibilidad de la producción) y el potencial máximo que dichas características pueden alcanzar, dadas las condiciones ambientales locales. Esas características se incluyen dentro de las cuatro áreas temáticas principales que garantizan la sostenibilidad de la producción agropecuaria en una propiedad: reservas de carbono, integridad de la biodiversidad, salud de los recursos hídricos y salud del suelo.

La medición de la calidad ambiental y una eventual fijación de precios de los alimentos basada en esta calidad se apoya en dos aspectos fundamentales: conceptual y mercadológico.

El aspecto conceptual:

El aspecto conceptual de la Calidad Ambiental de la producción se basa en la teoría económica consolidada de la "externalidad ambiental" como causa principal de la degradación ambiental de las actividades agropecuarias. En la actualidad, los precios de los commodities tradicionalmente no tienen en cuenta la huella ambiental de su producción. Eso significa que los productores que emplean prácticas sostenibles no reciben ningún tipo de bonificación por sus acciones, aunque contribuyan con servicios ecosistémicos que son esenciales para la sociedad en general. Este problema se conoce como "freeriding" (problema del clandestino), en que los costos ambientales del comportamiento de un productor o de una cadena de suministro sostenible son disfrutados por la sociedad sin que se reflejen en sus precios. Por lo tanto, la falta de inclusión de la calidad ambiental en el precio de los commodities puede llevar al desincentivo y a problemas de subprovisión de los servicios ecosistémicos generados por las prácticas sostenibles porque no son valoradas ni consideradas.

El aspecto mercadológico:

El aspecto mercadológico se refiere a la creación de mercados de insetting ambiental para satisfacer la demanda corporativa de sus metas ambientales. La mayoría de las empresas de bebidas y alimentos, las tradings de commodities agrícolas y las instituciones financieras que financian el sector tienen actualmente la meta de reducir la huella de carbono de sus operaciones en un 50% hasta 2030 y lograr la neutralidad hasta 2050, incluyendo también las emisiones de alcance 3³. Además, se están adoptando más ampliamente objetivos ambiciosos para la deforestación cero, la reducción de la huella hídrica y la promoción de la salud del suelo⁴.

A pesar de las crecientes regulaciones claras de información corporativa, como SASB, GRI, TCFD, TNFD, CDSB/CDP e IIRC⁵, estas siguen siendo voluntarias y no definen los protocolos de medición que deben adoptarse para evidenciar el progreso hacia las metas de sostenibilidad. Como resultado, alrededor de un tercio de las 2.000 empresas más importantes del mundo en términos de ingresos han declarado públicamente metas de sostenibilidad muy ambiciosas, pero aún no tienen claro cómo alcanzar y tampoco cómo comprobar sus objetivos⁶. Los estudios muestran, por ejemplo, que las emisiones de alcance 3 representan el 81,4% de las emisiones totales del sector⁷, pero no hay evidencia del impacto positivo en sus cadenas de suministro.

El mercado de Pago por la Calidad Ambiental de los Alimentos:

Teniendo en cuenta que la mayor parte de la producción agropecuaria de Brasil sigue siendo predominantemente convencional y que las exportaciones del agronegocio brasileño alcanzaron un total de US$ 159 mil millones en 2022, es relevante señalar que gran parte de esas exportaciones son gestionadas y financiadas por tradings, industrias alimentarias y grandes instituciones financieras. Dichas instituciones establecen metas claras de sostenibilidad, pero, como se mencionó anteriormente, aún no cuentan con mecanismos efectivos para demostrar el progreso hacia esas metas por medio de la promoción de una producción más sostenible. Esa situación indica que estamos en proceso de desarrollar un mercado paralelo significativo enfocado en la insetting ambiental, es decir, la medición, la contabilización y la mejora de los activos ambientales de "alcance 3" por medio de prácticas sostenibles adoptadas y financiadas en el contexto de la cadena de suministro de las empresas involucradas.

El cuello de botella de este nuevo mercado, actualmente en formación, es múltiple, pero se puede definir por tres aspectos principales:

1. Fiabilidad de las mediciones: Un mercado de medición ambiental utilizado en programas de insetting y de fijación de precios basados en la calidad ambiental requiere mediciones fiables, transparentes y trazables. Deben generar información que satisfaga las estructuras de reporte ESG y establecer protocolos de medición escalables en millones de hectáreas y en múltiples frentes, reconocidos por su solidez técnica.

2. Costo de medición: Cuanto mayor sea la precisión y el detalle de la medición, mayor será el costo. De acuerdo con la experiencia de LandPrint, el costo de esas mediciones puede variar entre R$ 30 y R$ 500 por hectárea, dependiendo de factores clave como el tamaño total del área a medir, la precisión y la cantidad de indicadores utilizados. Ese costo debe tenerse en cuenta en las estructuras de mercado que reconocen y compensan el valor de la medición.

3. Propiedad de medición: La propiedad de medición es lo que define el mercado de Pago por la Calidad Ambiental. El sector corporativo y financiero necesita adquirir las informaciones de su cadena de suministro para demostrar el impacto de sus operaciones.

Con respecto al último ítem (propiedad de medición), este es de hecho el factor crítico que define el mercado de Pago por la Calidad Ambiental de los alimentos. Las instituciones financieras y las corporaciones necesitan dichas mediciones para demostrar que lograron sus metas corporativas y para emitir títulos verdes certificados. Por lo tanto, existen tres métodos principales para adquirir los títulos de los activos ambientales que acreditan dicho impacto:

Adquisición directa: En este método, las corporaciones o instituciones financieras se encargan de medir directamente las características ambientales de una propiedad. Aunque el proceso conlleve un costo adicional importante, sobre todo cuando se realiza en millones de hectáreas, puede compensarse con un ligero aumento en el precio final de los productos. Ese aumento de precio debe ser proporcional al nivel de regeneración ambiental que presente la propiedad (mayor regeneración, mayor el valor del commodity). La propuesta es sensibilizar al mercado para que vea este costo como una inversión necesaria para asegurar la sostenibilidad de la cadena de suministro, es decir, una inversión presente para preservar los activos ambientales en el futuro. De esta manera, se ofrece a los compradores y/o consumidores la posibilidad de contribuir al proceso de regeneración de nuestro planeta por medio de decisiones conscientes y solo marginalmente más costosas (por ejemplo, hasta un 5% más). Además, es importante evidenciar que esta medición también puede ser un indicativo del potencial de créditos de carbono que se pueden generar, considerando también cómo el pago por la calidad ambiental impactaría en la adicionalidad de los créditos.

Adquisición indirecta: La forma indirecta consiste en la adquisición de información sobre la calidad ambiental del productor por parte de la corporación o institución financiera, demostrando la calidad ambiental de la producción en el mercado. En este caso, es responsabilidad del productor asumir los costos de obtención de estas informaciones; a cambio, recibirán una recompensa –un pequeño "premio"– en función de la calidad ambiental alcanzada que compense el costo de la medición, el esfuerzo de transición y la generación de beneficios ambientales. Este premio puede trasladarse al mercado como se ha explicado anteriormente.

Adquisición obligatoria: La forma obligatoria es, quizás, la menos eficiente, la más burocrática y la que más tiempo consume, ya que requiere una regulación legislativa que tardaría décadas en establecerse, como en el caso del mercado de créditos de carbono. En esta situación, el foco se centraría menos en el mercado y más en la regulación ambiental de los procesos productivos.

Es importante destacar que el objetivo del Pago por la Calidad Ambiental de la producción es democratizar el acceso a alimentos producidos de modo sostenible. Como se señaló anteriormente, la producción sostenible está demostrando ser en muchos casos más viable y rentable que la producción convencional, pero existen desafíos y riesgos de transición que dificultan la adopción de prácticas sostenibles a escala. El reconocimiento de un pequeño premio para el productor sostenible (por ejemplo, un máximo del 5%) también podría verse como un sistema de reducción o participación en el riesgo en el proceso de transición del productor, así como una institucionalización de la calidad ambiental en la fijación de precios de los alimentos, lo que representaría un primer paso hacia la eliminación de las externalidades negativas y el freeriding de nuestro sistema económico. En la siguiente tabla se presentan algunos de los principales beneficios tangibles y limitaciones que genera un sistema de Pago por la Calidad Ambiental de los alimentos.

Probando el mecanismo de Pago por la Calidad Ambiental:

El sistema de evaluación LandPrint (LandPrint Rating System/LRS) es un marco innovador, equipado con las últimas tecnologías digitales y protocolos de medición, meticulosamente precisos. Ha sido especialmente diseñado para facilitar la implementación de programas de insetting ambiental corporativo y el pago por la Calidad Ambiental de la producción.

Por medio de la plataforma digital LandPrint, el LRS permite la validación de información crucial a gran escala, ofreciendo insights sobre el estado medioambiental de las propiedades rurales individuales y de las cadenas de suministro completas. Con ello, agricultores, corporaciones, traders e instituciones financieras tienen a su alcance un valioso instrumento de planificación y financiamiento estratégico, con miras a mejorar la calidad ambiental y aumentar el rendimiento de sus propiedades rurales. Con el LRS, el valor técnico de la información se convierte en activos ambientales tangibles por medio de un certificado digital trazable y verificado por terceros, que se puede utilizar para la fijación de precios basada en la Calidad Ambiental utilizando los algoritmos econométricos de LandPrint, organizando y definiendo programas de insetting basados en la agricultura regenerativa y financiando la transición a prácticas agrícolas regenerativas por medio de la emisión de títulos verdes utilizando las métricas verificadas por terceros de LandPrint.

El LRS es un sistema completo que consta de tres puntuaciones distintas, que proporcionan una evaluación cuantitativa integral de las prácticas regenerativas de una propiedad rural, su calidad ambiental y resiliencia productiva.

Puntuación de Adopción de Prácticas Regenerativas: Este componente del LRS verifica la adopción de prácticas de agricultura regenerativa en la propiedad rural. Paralelamente, LandPrint diseña y supervisa planes personalizados, que tienen en cuenta el perfil único de cada propiedad rural, asegurando así la implementación y la evolución exitosa de las prácticas regenerativas.

Puntuación de Calidad Ambiental: Este componente cuantifica el grado de proximidad de una propiedad rural a su potencial óptimo en términos de integridad de la biodiversidad, reservas y balance de carbono, salud de los recursos hídricos y salud del suelo.

Puntuación de Resiliencia Productiva: Este último componente mide la capacidad de una propiedad rural para optimizar su productividad y rentabilidad, al tiempo en que minimiza los impactos negativos de las fluctuaciones económicas y climáticas.

Imagen de la plataforma LandPrint y del LRS

Todas esas puntuaciones juntas forman el LRS y proporcionan una evaluación holística de la propiedad rural y su capacidad para lograr los niveles más altos de restauración ambiental y adopción de prácticas regenerativas, al tiempo en que mejora la rentabilidad y la productividad.

¿Cómo se puede utilizar el LRS?

El LRS equipa a los agricultores, las empresas y las instituciones financieras con herramientas para dirigir sus esfuerzos de sostenibilidad de modo que se alineen con las metas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Al cuantificar de manera efectiva elementos como los impactos en la biodiversidad, el secuestro de carbono, la salud del suelo y la gestión del agua, LandPrint, por medio del LRS, permite la generación de una espiral de cambios positivos que integra, en la misma plataforma, a productores, instituciones financieras, corporaciones/traders y consumidores en torno a programas de estructuración que brindan impactos beneficiosos en varias escalas.

Acerca de LandPrint:

LandPrint se creó por iniciativa de Adapta, participante en el Programa Cerrado de Soja Sostenible (PSSC), con el objetivo de supervisar la adopción de prácticas regenerativas por parte de los agricultores y, posteriormente, cuantificar los impactos ambientales generados por la adopción de estas prácticas. Perfil de los fundadores:

●       Daniele Cesano, CEO

●       Felipe Caltabiano, COO

●       Marco Curatella, CFO

Referencias bibliográficas:

¹ UN, 2020: Emissions Gap Report 2020

² LaCanne CE, Lundgren JG. Regenerative agriculture: merging farming and natural resource conservation profitably. PeerJ. 2018 Feb 26;6:e4428. doi: 10.7717/peerj.4428. PMID: 29503771; PMCID: PMC5831153.

³ IPCC. (2018). Global warming of 1.5°C - An IPCC Special Report. Retrieved from https://www.ipcc.ch/sr15/

⁴ WWF. (2020). Living Planet Report 2020 - Bending the Curve of Biodiversity Loss. Retrieved from https://livingplanet.panda.org/en-gb/

⁵ Sustainability Accounting Standards Board (SASB), Global Reporting Initiative (GRI), Task Force on Climate-Related Financial Disclosures (TCFD), Taskforce on Nature-related Financial Disclosures (TNFD), Carbon Disclosure Standards Board (CDSB/CDP), International Integrated Reporting Council (IIRC).

⁶ The Economist, 2022: The UN takes on corporate greenwashing

Schulman D. et al, 2021: Supply chains (Scope 3) toward sustainable food systems: An analysis of food & beverage processing corporate greenhouse gas emissions disclosure. Cleaner Production Letters Volume 1, December 2021. https://doi.org/10.1016/j.clpl.2021.100002 

* Daniele Cesano és CEO de LandPrint; Felipe Caltabian és COO de LandPrint; y Marco Curatella és CFO de LandPrint.

Esta publicación fue producida por LandPrint. Las opiniones de los autores expresadas en esta publicación no reflejan necesariamente las opiniones del Land Innovation Fund for Sustainable Livelihoods.

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